Erase una vez un gallo y una gallina que salieron al avellano a recoger nueces. Entonces la gallina se metió una cáscara de nuez en la garganta y se tumbó boca arriba batiendo las alas.
El gallo se fue a buscar agua para ella. Entonces llegó al manantial y dijo:
-Querido amigo manantial, dame una gota de agua para dársela a mi compañera la señora Gallina, que yace a las puertas de la muerte en el bosque de avellanos.
Pero el Manantial respondió:
-No recibirás agua de mí hasta que yo obtenga hojas de ti.
Entonces el Gallo corrió hacia el Tilo y le dijo:
-Querido amigo Tilo, dame algunas de tus hojas, las hojas se las daré al Manantial, y el Manantial me dará agua para dársela a la señora Gallina, mi compañera, que yace a las puertas de la muerte en el bosque de avellanos.
-No recibirás hojas de mi parte-, dijo el Tilo, -hasta que reciba de ti una cinta roja con un borde dorado.
Entonces el gallo corrió hacia la Virgen María.
-Querida buena Virgen María, dame una cinta roja con borde dorado, y la cinta roja se la daré al Tilo, el Tilo me dará hojas, las hojas se las daré al Manantial, el Manantial me dará Agua, y el Agua se la daré a la señora Gallina, mi compañera, que yace a las puertas de la muerte en el bosque de avellanos.
-No recibirás de mí ninguna cinta roja, respondió la Virgen María, -hasta que no me des zapatos.
Entonces el gallo corrió hacia el zapatero y le dijo:
-Querido buen amigo Zapatero, dame zapatos, y los zapatos se los daré a la Virgen María, la Virgen María me dará una cinta roja, la cinta roja se la daré al Tilo, el Tilo me dará hojas, las hojas se las daré al Manantial, el Manantial me dará Agua, el Agua se la daré a la señora Gallina, mi compañera, que yace a las puertas de la muerte en el bosque de avellanos.
-No me darás zapatos-, dijo el zapatero, -hasta que yo no tenga cordones.
Entonces el Gallo corrió hacia la Cerda y le dijo:
-Querida Cerda, dame cordones, los cordones se las daré al Zapatero, el Zapatero me dará zapatos, los zapatos se los daré a la Virgen María, la Virgen María me dará una cinta roja, la cinta roja se la daré al Tilo, el Tilo me dará hojas, las hojas se las daré al Manantial, el Manantial me dará agua, el agua se la daré a la señora Gallina, mi compañera, que yace a las puertas de la muerte en el bosque de avellanos.
-No conseguirás de mí ningún cordón-, dijo la cerda, -hasta que yo te dé maíz.
Entonces el gallo corrió hacia el trillador y dijo:
-Querido buen amigo Trillador, dame maíz, el maíz se lo daré a la Cerda, la Cerda me dará cordones, los cordones se los daré al Zapatero, el Zapatero me dará zapatos, los zapatos se los daré a la Virgen María, la Virgen María me dará una cinta roja, la cinta roja se la daré al Tilo, el Tilo me dará hojas, las hojas se las daré al manantial, el manantial me daré agua, agua que le daré a la señora Gallina, mi compañera, que yace a las puertas de la muerte en el bosque de avellanos.
-No recibirás maíz de mi parte-, dijo el trillador, -hasta que yo reciba un pastel de tu parte.
Entonces el gallo corrió hacia la esposa del panadero y le dijo:
-Querida buena amiga señora Baker, deme un pastel, el pastel se lo daré a la Trilladora, la Trilladora me dará maíz, el maíz se lo daré a la cerda, la cerda me dará cordones, los cordones se las daré al Zapatero, el Zapatero me dará zapatos, los zapatos se los daré a la Virgen María, la Virgen María me dará una cinta roja, la cinta roja se la daré al Tilo, el Tilo me dará hojas, las hojas se las daré al Manantial, el Manantial me dará agua, el agua se la daré a la la señora Gallina, mi compañera, que yace a las puertas de la muerte en el bosque de avellanos.
-No recibirás ningún pastel de mi parte-, dijo la esposa del panadero, -hasta que yo tenga madera.
Entonces el gallo corrió hacia el leñador y le dijo:
-Querido buen amigo leñador, dame leña, la leña se la daré a la mujer del panadero, la mujer del panadero me dará un pastel, el pastel se lo daré a la Trilladora, la Trilladora me dará maíz, el maíz se lo daré a la Cerda, la Cerda me dará cordones, los cordones se los daré al Zapatero, el Zapatero me dará zapatos, los zapatos se los daré a la Virgen María, a la Virgen María me dará una cinta roja, la cinta roja se la daré al Tilo, el Tilo me dará hojas, las hojas se las daré al manantial, el manantial me dará agua, el agua le daré a la señora Gallina, mi compañera, que yace a las puertas de la muerte en el bosque de avellanos.
-No conseguirás leña de mí-, respondió el leñador, -hasta que yo tenga un hacha.
Entonces el gallo corrió hacia el herrero y le dijo:
-Querido buen amigo Smith, dame un hacha, el hacha se la daré al leñador, el leñador me dará madera, la madera se la daré a la esposa del panadero, la esposa del panadero me dará un pastel, el pastel se lo daré a la trilladora, la trilladora me dará maíz, el maíz se lo daré a la cerda, la cerda me dará cordones, los cordones se los daré al zapatero, el zapatero dame zapatos, los zapatos se los daré a la Virgen María, la Virgen María me dará una cinta roja, la cinta roja se la daré al Tilo, el Tilo me dará hojas, las hojas te las daré al manantial, el manantial me dará agua, el agua se la daré a la señora Gallina, mi compañera, que yace a las puertas de la muerte en el bosque de avellanos.
-No recibirás ningún hacha de mi parte-, respondió el herrero, -hasta que yo tenga carbón.
Entonces el gallo corrió hacia el carbonero y dijo:
-Querido buen amigo carbonero, dame carbón, el carbón se lo daré al herrero, el herrero me dará un hacha, el hacha se lo daré al leñador, el leñador me dará leña, el la madera se la daré a la mujer del panadero, la mujer del panadero me dará un pastel, el pastel se lo daré al trillador, el trillador me dará maíz, el maíz se lo daré a la cerda, a la cerda me dará cordones, los cordones se los daré al Zapatero, el Zapatero me dará zapatos, los zapatos se los daré a la Virgen María, la Virgen María me dará una cinta roja, la cinta roja yo Le daré al tilo, el tilo me dará hojas, las hojas se las daré a la fuente, la fuente me dará agua, el agua se la daré a la señora Gallina, mi compañera, que yace a las puertas de la muerte en el avellano.
Entonces el carbonero se apiadó del gallo y le dio un poco de carbón, y entonces el herrero consiguió su carbón, el leñador su hacha, la mujer del panadero su leña, el trillador su pastel y la cerda su el maíz, y el zapatero sus cerdas, y la Virgen María sus zapatos, y el tilo su cinta roja con borde dorado, y el manantial sus hojas, y el gallo su gota de agua, y se la dio a la señora Gallina, su compañera , que yacía a las puertas de la muerte en el bosque de avellanos, y así se recuperó de nuevo.
Cuento popular noruego recopilado por Jørgen Moe & Peter Christen Asbjørnsen