
La figura más destacada de la cosmogonía china es P’an Ku. Él fue quien cinceló el universo a partir del Caos. Según la mitología china, P’an Ku es el descendiente directo del Ying Yang, que, habiéndolo generado de alguna manera incomprensible, le asignaron la tarea de dar forma al Caos y crear el cielo y la tierra.
Algunos relatos lo describen como el verdadero creador del universo: “el antepasado del cielo y de la tierra y de todo lo que vive, se mueve y existe”. ‘

P’an’ significa ‘la cáscara de un huevo’ y ‘Ku’ ‘asegurar’, ‘sólido’, en referencia a que P’an Ku nació del Caos y a su creación es el orden natural de las cosas.
A la divinidad P’an Ku se la representa como un hombre de estatura enana, vestido con piel de oso, o con hojas. Tiene cuernos en la cabeza.
En su mano derecha sostiene un martillo y en su izquierda un cincel (a veces al revés), y con estos instrumentos, creo el mundo que conocemos.
A veces se le representa con las cuatro criaturas sobrenaturales que le ayudaron en su tarea: la tortuga espíritu, el gilin, el fénix y el dragón.
El nacimiento de P’an Ku
El primer mito de creación que protagoniza Pan Gu o P’an Ku, aparece en escritos del s.III Historia de los tres soberanos y los cinco emperadores, se relata cómo el universo fue creado por la separación de cielo y tierra a manos de Pan Gu:
En medio del cielo y de la tierra, que estaban juntos y mezclados como si fueran un huevo, nació Pan Gu. El cielo y la tierra tardaron dieciocho mil años en separarse. Lo Yang, que era claro, fue haciéndose el cielo, y lo Yin, que era turbio, fue haciéndose la tierra, y en medio cambiaba Pan Gu sin parar hasta que su sabiduría llegó a ser tan alta como la del cielo y su fortaleza tanta como la de la tierra. Durante aquellos dieciocho mil años el cielo fue subiendo una vara al día, la tierra fue bajando otra vara y Pan Gu fue creciendo otro tanto; y así estuvo sucediendo hasta que llegó el cielo al tope por arriba, la tierra al tope por abajo y Pan Gu al máximo de su tamaño.
El mito muestra que del caos, oscuro y vacío, se fusiona un huevo cósmico. Dentro de él, el Yin y Yang logran equilibrarse, hasta que finalmente P’an Ku sale del huevo. P’an Ku empujó el cielo hacia arriba durante oros 18.000 años, hasta un zháng, equivalente a 3.33 metros cada día, mientras, él creció la misma altura.
Los cuatro animales benévolos: la tortuga espíritu, el gilin, el fénix y el dragón, le ayudan en su tarea.
La muerte de P’an Ku
Después de 18.000 años, P’an Ku se tumbó a descansar. Pero era tan anciano que mientras dormía lentamente se murió.
De su respiración surgió el viento, de su voz el trueno, del ojo izquierdo el sol y del derecho la luna. Su cuerpo se transformó en las montañas, su sangre en los ríos, sus músculos en las tierras fértiles, el vello de su cara en las estrellas en la Vía Láctea. Su pelo dio origen a los bosques, sus huesos a los minerales de valor, la médula y semen en jade y perlas. Su sudor cayó en forma de lluvia y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo (pulgas en algunas versiones), llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos.
Hacia el año 2.229.000 a.C. P’an Ku finalizó la creación del Universo.
Mitología china.
Los cuentos populares, las leyendas, las fábulas, la mitología…, son del pueblo.
Son narraciones que se han mantenidos vivas transmitiéndose oralmente, por las mismas personas del pueblo. Por ello no tienen dueño, sino que pertenecen a las gentes, a la folclore, a las distintas culturas, a todos.
En algún momento, alguien las escribe y las registra, a veces transformándolas, a veces las mantiene intactas, hasta ese momento, son voces, palabras, consejos, cosas que «decía mi abuelo que le contaba su madre…»