La Eguzkilore, también conocida como la flor del sol, es un cardo que crece salvaje en los montes vascos. Es considerada una planta sagrada, capaz de ahuyentar a los malos espíritus y de proteger los hogares.
La leyenda cuenta que en el inicio de los tiempos, los hombres comenzaron a poblar la tierra. Entonces no existí ni el sol ni la luna, y todo era oscuridad. Dragones, bestias salvajes, brujas, gigantes… los humanos vivían aterrorizados por todos los peligros que les acechaban.
Tras intentar sobrevivir con tantos peligros, los humanos decidieron orar a Amalur, la madre tierra.
Amalur les respondió creando la luna, Ilargi.
Así, Amalur creó la noche para que los humanos, en la oscuridad que vivían, pudieran ver algo.
Las bestias huían de la luz de Ilargi y los humanos salieron a descubrir el mundo. Pero pronto, las bestias se acostumbraron a la luz de la luna y dejaron de temerla, por lo que los humanos tuvieron que volver a esconderse y protegerse.
Los humanos volvieron a rogar a Amalur, y Amalur les creó el Sol, Eguzki.
Por el día iluminaba Eguzki, el sol, y por la noche iluminaba Ilargi.
Los hombres aprendieron que la luz de Eguzki alimentaba las plantas, y aprendieron a vivir con la luz del día. Las bestias, las sombras y las brujas no pudieron acostumbrarse, y sólo salían en la noche.
Cuando las noches eran más largas, las bestias y los gigantes, los dragones y las brujas, salían y acosaban a los humanos. Entonces tuvieron que rogar nuevamente a Amalur, y Amalur creó Eguzkilore, la flor del sol. Una flor hermosa que si colgaban de las puertas de sus casas, las bestias y sombras huirían aterrados.
Mitología vasca
Los cuentos populares, las leyendas, las fábulas, la mitología…, son del pueblo.
Son narraciones que se han mantenidos vivas transmitiéndose oralmente, por las mismas personas del pueblo. Por ello no tienen dueño, sino que pertenecen a las gentes, a la folclore, a las distintas culturas, a todos.
En algún momento, alguien las escribe y las registra, a veces transformándolas, a veces las mantiene intactas, hasta ese momento, son voces, palabras, consejos, cosas que «decía mi abuelo que le contaba su madre…»