Érase una vez un rey en la tierra cuyo nombre era Alejandro de Macedonia: esto fue en los viejos tiempos, hace mucho mucho mucho tiempo. Hace tanto tiempo que ni nuestros abuelos, ni nuestros bisabuelos, ni nuestros tatarabuelos, ni nuestros tatarabuelos lo recuerdan.
Este zar fue uno de los caballeros más grandes de todos los caballeros que jamás existieron. Ningún campeón de la tierra podría jamás vencerlo. Amaba la guerra y todo su ejército estaba formado exclusivamente por caballeros. A quienquiera que el zar Alejandro de Macedonia fuera a combatir, lo conquistaría, y contó bajo su dominio a todos los reyes de la tierra.
Fue al fin del mundo y descubrió pueblos tales que él, por muy audaz que fuera, les tenía miedo. Encontró gente feroz, más feroz que las fieras, que comía a otros hombres, gente viva que sólo tenía un ojo, y ese ojo estaba en la frente; gente que tenía tres ojos, gente que tenía una sola pierna, otros que tenían tres, y corrían como flecha disparada desde el arco. Los nombres de estos pueblos eran Gogs y Magogs.
El zar Alejandro de Macedonia nunca perdió el valor al ver a esta gente extraña, pero se dispuso a luchar contra ellos. Puede que la guerra que libró sea larga o corta, no lo sabemos. Sólo los pueblos salvajes se dispersaron y huyeron de él. Comenzó a cazarlos y a perseguirlos, y los persiguió hasta matorrales, precipicios y montañas que ningún cuento puede contar y ninguna pluma puede describir.
Así que por fin pudieron esconderse del zar Alejandro de Macedonia. ¿Qué hizo entonces con ellos el zar Alejandro de Macedonia? Hizo rodar una montaña sobre ellos y luego otra encima como un techo. Puso trompetas en el arco y volvió a su tierra. Los vientos soplaron en las trompetas, y entonces un rugido temible se elevó a los cielos, y los Gogs y Magogs sentados allí gritaron: «¡Oh, evidentemente Alejandro de Macedonia debe estar todavía vivo!» Los Gogs y Magogs todavía están vivos y hasta el día de hoy le temen a Alejandro. Pero antes del fin del mundo escaparán.
Leyenda popular rusa recopilada por Aleksandr Nikolaevich Afanasiev (1826-1871)
Aleksandr Nikolaevich Afanasev (1826-1871) Historiador, crítico literario y folclorista ruso.
Recopiló un total de 680 de cuentos populares rusos.