

Nü Wa era la hija preferida de Shen Nong, el Señor de la Tierra o granjero Divino.
La princesa Nü Wa adoraba el mar. Navegaba sin rumbo y se dejaba empujar por las olas, con el balanceo de las olas y observando las aves.
Un día, mientras navegaba, una terrible tormenta empujó el barco hasta que lo hizo naufragar y la princesa Nü Wa cayó al agua, aunque luchó contra las olas, acabó en el oscuro fondo del océano y murió ahogada.
El emperador She Nong llamó toda la noche a su hija, pero esta no regresó y comprendió que algo horrible había pasado.
La princesa Nü Wa, cuando vio la oscuridad de la muerte, transformó todo el amor y alegría que tenía en un odio infinito, y se transformó en Jing Wei, una gran ave, con la cabeza llena de colores, un gran pico blanco y las patas rojas.
El ave Jing Wei intentó vengarse del mar, y amenazó al mar que arrojaría piedras y ramas a las olas para detenerlas y que así nadie más se ahogara en sus aguas.
El mar, consciente de su inmensidad se rio de Jing Wei. Jing Wei, aun así, recogió en tierra firme piedras y ramas con su pico, voló hasta el mar y las arrojó a las olas.
No logró nada, pero se dice que aun hoy, el espíritu de Nü Wa, convertido en el ave Jing Wei, continúa arrojando piedras y ramas al mar para vengarse por su muerte.
Altaïr y Adrià, creadores del espacio y recopiladores de cuentos de hadas