En la mitología china, existen cinco divinidades que representan cinco sabidurías, sus influencias sobre los elementos, sus relaciones… Estas divinidades o fuerzas sutiles se utilizan incluso en la medicina tradicional china. En general, existen mitos y leyendas de cada una de ellas, pero este cuento se refiere a una de las primeras leyendas de los dioses, la cuál se cuenta entre el pueblo de forma popular.
En este cuento se relacionan los cinco espíritus elementales de la tierra, el fuego, el agua, la madera y el metal con un mito de la creación. «Príncipe del Castillo de Jade» o «El Gobernante de Jade Blanco», Yu Huang Di, es el sinónimo popular chino de «el buen señor». La expresión “Jade Blanco” sirve simplemente para expresar su dignidad. En total, hay otros 32 Yu Huang, entre los cuales él es el más alto. Se le puede comparar con Indra, que habita en un cielo que también comprende 33 salas. La relación astronómica entre ambos es muy evidente.
Cómo los cinco antiguos se hicieron hombres
Antes de que la tierra se separara de los cielos, todo lo que había era una gran bola de vapor de agua llamada caos. Y en ese momento los espíritus de los cinco poderes elementales tomaron forma y se convirtieron en los cinco Antiguos.
El primero se llamaba el Anciano Amarillo y era el gobernante de la tierra. El segundo se llamaba el Señor Rojo y era el gobernante del fuego. El tercero se llamaba el Señor Oscuro y era el gobernante del agua. El cuarto era conocido como el Príncipe de la Madera y era el gobernante de los bosques. La quinta se llamaba Madre de los Metales y los gobernaba.
Estos cinco Antiguos pusieron en movimiento todo su espíritu primordial, de modo que el agua y la tierra se hundieron. Los cielos flotaron hacia arriba y la tierra se hizo firme en las profundidades. Luego permitieron que las aguas se reunieran en ríos y mares, y aparecieron colinas y llanuras. Entonces los cielos se abrieron y la tierra se dividió. Y estaban el sol, la luna y todas las estrellas, el viento, las nubes, la lluvia y el rocío. El Antiguo Amarillo hizo girar el poder más puro de la tierra en un círculo y le agregó el efecto del fuego y el agua. Luego surgieron hierbas y árboles, pájaros y bestias, y las tribus de las serpientes y los insectos, los peces y las tortugas. El Príncipe de Madera y la Madre de los Metales combinaron la luz y la oscuridad, y así crearon la raza humana como hombres y mujeres. Y así fue naciendo poco a poco el mundo.
En aquella época había uno que era conocido como el Verdadero Príncipe del Castillo de Jade. Había adquirido el arte de la hechicería mediante el cultivo de la magia. Los cinco Antiguos le rogaron que gobernara como dios supremo. Habitaba sobre los treinta y tres cielos, y el Castillo de Jade, de jade blanco con puertas doradas, era suyo. Ante él estaban los mayordomos de las veintiocho casas de la luna, los dioses de los truenos y la Osa Mayor, y además una clase de dioses perniciosos cuya influencia era maligna y mortal. Todos ayudaron al Verdadero Príncipe del Castillo de Jade a gobernar las mil tribus bajo los cielos y a repartir la vida y la muerte, la fortuna y la desgracia. El Señor del Castillo de Jade ahora es conocido como el Gran Dios, el Gobernante de Jade Blanco.
Los cinco Antiguos se retiraron después de haber realizado su trabajo y, a partir de entonces, vivieron en tranquila pureza. El Señor Rojo habita en el Sur como dios del fuego. El Señor Oscuro habita en el Norte, como el poderoso amo de los sombríos cielos polares. Vivía en un castillo de cristal líquido.
En épocas posteriores envió a Confucio a la tierra como un santo. De ahí que a este santo se le conozca como el Hijo del Cristal. El Príncipe de la Madera habita en el Este. Es honrado como el Señor Verde y vela por el nacimiento de todas las criaturas. En él vive el poder de la primavera y es el dios del amor.
La Madre de los Metales habita en Occidente, junto al mar de Jade, y también es conocida como la Reina Madre de Occidente. Ella dirige las rondas de las hadas y vela por el cambio y el crecimiento.
El Anciano Amarillo habita en el medio. Él siempre está andando por el mundo para salvar y ayudar a los que se encuentran en cualquier apuro. La primera vez que vino a la tierra fue el Señor Amarillo, quien enseñó a la humanidad todo tipo de artes. En sus últimos años comprendió el significado del mundo en el Monte Etéreo y voló hacia el sol radiante. Bajo el gobierno de la dinastía Dschou nació de nuevo como Li Oerl, y cuando nació su cabello y barba eran blancos, por lo que fue llamado Laotsze, «Niño Viejo». Escribió el libro “Significado y Vida” (Tao Te King) y difundió sus enseñanzas por el mundo. Se le honra como líder del taoísmo.
Al comienzo del reinado de la dinastía Han, apareció nuevamente como el Viejo del Río (Ho Schang Gung). Difundió poderosamente las enseñanzas del Tao en el extranjero, de modo que a partir de ese momento el taoísmo floreció enormemente. Estas doctrinas se conocen hasta el día de hoy como las enseñanzas del Anciano Amarillo. También hay un dicho: “Primero existió Laotsze, luego existieron los cielos”. Y eso debe significar que Laotsze era el mismo Anciano Amarillo de los días primigenios.
Cuento popular chino, traducido al inglés por Frederick H. Martens y editado en 1921 por Richard Wilhelm (1873-1930)