El pueblo Tartesso, es el nombre griego de una antigua civilización al sur de la península iberica, en el valle del Guadalquivir, actual, Huelva, Sevilla y Cadiz.
Es una antigua civilización entre el s XII a.C. y s V a.C., que aun está rodeada de misterio.
Se considera que tubo 4 reyes mitológicos (parte de leyendas antiguas recogidas con posterioridad) y uno reconocido históricamente.
El rey histórico fue Argantonio, que según Heródoto vivió 120 años y reinó 80. Es el único que aparece en citas históricas reconocidas.
Los cuatro reyes mitológicos son leyendas increíbles y maravillosas:
Gerión: Fue un gigante tricéfalo, o tal vez un gigante con tres cuerpos de cintura para arriba. Tenía grandes manadas de bueyes que pastaban a orillas del Guadalquivir. Una de las pruebas de Gerión fue el robo de sus bueyes, quien le venció.
Nórax: Nieto de Gerión e hijo de Eritea, siendo príncipe, conquisto Cerdeña, donde fundó Nora. Allí apareció la piedra de Nora relatando su batalla.
Gárgoris: Es el rey de los curetes, inventó la apicultura y el comercio. Los curetes son nueve divinidades hijos de Soco y Combe (Apolo y Dánae).
Habis: Hijo bastardo de Gárgoris no reconocido, fruto del incesto de Gárgoris con su hija. su padre intentó matarlo innumerables veces, y todas ellas escapó con la ayuda de béstias salvajes. Fue amamantado por una cierva hasta hacerse hombre, vivía en los bosques y se asemejaba a un animal salvaje. Y cuando reinó generó importantes cambios en la sociedad. Habis descubrió la agricultura, atando dos bueyes a un arado. Formuló las primeras leyes, dividió la sociedad en siete clases, fundando siete ciudades importantes, y prohibió el trabajo a los nobles. Estableció un sistema social donde la mayoría eran muy pobres y trabajadores, y unos pocos vivían a costa del trabajo ajeno.
El Mito de Gerión
Gerión era descendiente de Medusa, o tal vez venía del titán Océano. Era un gigante, que de cintura para arriba, poseía tres cuerpos, tres cabezas, seis brazos, Con una fuerza extraordinaria y tenía un fiel perro con dos cabezas llamado Orto.
Dante lo describe con cola de escorpión, que habitaba en el séptimo círculo del infierno, el de la violencia.
Algunas fábulas consideran que eran tres hermanos y no un gigante con tres cuerpos. Que vivían tan sincronizados que parecía que eran movidos por la misma alma.
Pero siempre se le considera una especie de gigante demonio de la muerte más violenta.
Heracles le robó su ganado y tuvieron una gran lucha, en la que Heracles le lanzó una flecha envenenada con el veneno de Hidra (serpiente acuática enorme de aliento venenoso con múltiples cabezas, que moraba en las profundidades de un lago), que atravesó sus tres cuerpos y acabó con él.
El mito de Gargoris y Habis, por Justino (XLIV, 4, I) :
«Los cunetes poblaron el territorio de los tartesios, donde se dice que los titanes hicieron la guerra contra los dioses, cuyo rey más antiguo, llamado Gárgoris, fue el que inventó la costumbre de recoger la miel. Como a éste le naciese un hijo procedente del estupro de una hija, por la vergüenza del castigo, quiso matar al pequeñuelo por distintos procedimientos. Pero conservado éste por una fortuna en todas las vicisitudes, al final llegó al trono por conmiseración de tantos peligros. El primero de todos fue que le mandó exponer, y cuando al cabo de unos días ordenó observar el cuerpo del expósito, lo encontró alimentado por la leche de distintas fieras. Después, llevado a casa, mandó arrojarlo en un sendero estrecho por donde solían pasar los rebaños, proceder crudelísimo, porque prefirió que su nieto fuera pisoteado en vez de matarlo de una muerte simple. Pero también esta vez quedó incólume y no careció de alimentos. Lo echó entonces a los perros azuzados por muchos días de abstinencia, y más tarde a los cerdos. Pero como no sólo no recibiese daño alguno, sino que incluso se alimentó de sus ubres, al final lo mandó arrojar al océano. Entonces claramente se manifestó un numen, y entre las olas agitadas le condujo como en una nave, no por una corriente, siendo depositado en el litoral en mar tranquilo. No mucho después se presentó una cierva que ofreció sus ubres al pequeño. Del trato con su nodriza el niño adquirió una enorme ligereza de pies. Entre las manadas de ciervos recorría montes y bosques sin cederles en velocidad. Al final, capturado en un lazo, fue regalado al rey. Entonces fue reconocido como su nieto por la semejanza de los rasgos y las marcas del cuerpo que habían sido grabadas a fuego al muchacho. Por la admiración ante tantas aventuras y peligros fue destinado al trono por el rey. Se le impuso el nombre de Habis, y cuando recibió el reino fue de tanta grandeza que no en vano parecía elevado por la majestad de los dioses en tantos peligros: pues dio leyes al pueblo bárbaro, fue el primero que enseñó a uncir los bueyes al arado y a cultivar los alimentos. Obligó a los hombres a comer alimentos más civilizados, en vez de los agrestes por el odio de los que habían sufrido. Sus aventuras parecerían fabulosas, si no se les comparase con las de los fundadores de Roma alimentados por una loba, y los de Ciro rey de los persas, alimentado por una perra. Prohibió los oficios serviles al pueblo, y dividió la plebe en siete ciudades. Muerto Habis, el reino fue conservado muchos años por sus sucesores. En otra parte de España, formada por islas, existió el reino de Gerión. En ella hay tanta abundancia de pastos que si no se pusiera coto a la alimentación, los ganados reventarían. Por lo cual los rebaños de Gerión, que entonces era lo único que constituía la riqueza, alcanzaron tanta fama que tentaron a Hércules desde Asia por el tamaño de la presa. Además no fue Gerión de triple naturaleza, sino que eran tres hermanos de tanta concordia que parecía que gobernaban con el mismo ánimo. Tampoco hicieron la guerra a Hércules de su propia voluntad, sino que viendo cómo se llevaba sus rebaños, los recobraron por la fuerza.»
Justino, XLIV, 4-16
Heródoto de Halicarnaso (484 a. C.- 425 a. C.) fue un historiador y geógrafo griego.
Se le considera el padre de la historia occidental, al crear una estructura racional sobre las acciones humanas.