Cuenta la leyenda, que en lo más profundo del bosque, podemos encontrar a Basajaun.
Basajaun es un ser medio humano, medio animal, inmenso, completamente peludo, con una fuerza colosal. Tiene un pie humano, y otro tiene una planta circular, con una gran pezuña.
Vive en una cueva, perdida en la montaña, y protege a todos los animales de cualquiera que intente dañar la naturaleza.
Cuando llega la tormenta, aúlla con fuerza avisando a los pastores para que pongan al resguardo a sus animales.
Aunque todos le temen, también le respetan, pues saben que cuida a las ovejas y lobos por igual.
Hoy, Basajaul vive solo en la cueva, pero antaño, había todo un pueblo de Basajaun en el monte Gorbea.
Los Basajaun dominaban la agricultura y la ganadería y tenían muchos conocimientos que los hombres desconocían. Los humanos subían siempre que podían para pedirles consejos y enseñanzas para labrar bien la tierra, pero los Basajaun, se negaban a compartir lo que sabían con ellos.
Un día, Otxando, un joven del pueblo de los hombres, decidió cambiar esto. Se acercó al territorio de los Basajaun, allá donde cultivaban trigo juntándolos en gavillas, y les desafió saltando sobre las gavillas, mientras gritaba:
-¡Puedo saltar más que los Basajaun!
Los Basajaun, sin ver la trampa, aceptaron el reto y comenzaron a saltar con él sobre las gavillas donde estaba el trigo.
Mientras los Basajaun saltaban sin dificultad, Otxando no paraba de caerse, y todos se reían de él.
Más tarde, ante su fracaso, el joven volvió a la aldea cabizbajo.
Cuando llegó a su casa, Otxando se quitó los zapatos, y al sacudirlos, mcuash semillas de trigo que se habían enganchado entre tanto salto, cayeron por el suelo.
La aldea de Otxando sembró las semillas y gracias a ellas nacerían los primeros campos de trigo sembrados por seres humanos. Y más tarde, con este trigo se coció pan.
Y así, los hombres pudieron cultivar y llegaron ahora tienen trigo y pan.
Leyenda mitológica vasca
Los cuentos populares, las leyendas, las fábulas, la mitología…, son del pueblo.
Son narraciones que se han mantenidos vivas transmitiéndose oralmente, por las mismas personas del pueblo. Por ello no tienen dueño, sino que pertenecen a las gentes, a la folclore, a las distintas culturas, a todos.
En algún momento, alguien las escribe y las registra, a veces transformándolas, a veces las mantiene intactas, hasta ese momento, son voces, palabras, consejos, cosas que «decía mi abuelo que le contaba su madre…»