diosa del mar
Mitología
Mitología

Desde el pueblo Inuit en el Ártico, se cuenta la leyenda de Sedna, la Diosa del Mar.

Sedna era una joven muy hermosa que vivía en una aldea rodeada de océano. Era tan bella, que muchos hombres deseaban casarse con ella. Pero Sedna era muy testaruda, cuando su padre le pidió que se casara con uno de los pretendientes ella se negó, entonces el padre le buscó otro pretendiente, pero también se negó. Así, Sedna rechazaba a todos los pretendientes pues no sentía atracción hacia ninguno.

Un día, paseaba sola por la orilla del mar cerca del puerto, cuando vio llegar un galante capitán extranjero que acababa de llegar a la isla.

El capitán hizo todo lo que estuvo en su mano para conquistarla, le prometió pieles finas, calor, comida abundante y una vida tranquila en su tierra, y en unos días, ella sucumbió que quedó completamente enamorada de aquél extranjero.

Sedna escapó con el capitán y marchó lejos de la isla, lejos de su padre, de su familia y todo cuanto ella conocía.

Pero el capitán no era un hombre real, era un pájaro brujo gigante. El pájaro la arrastró hasta su hogar, un nido miserable en un islote lejos de su casa. Apenas tenían comida y el malvado pajarraco maltrataba a Sedna cada día.

Sedna lloraba día y noche.

Pasado un tiempo, el padre de Sedna intuyó que su hija no estaba bien. Veía el mar agitado y las olas parecían insinuarle algo raro. Cada ola romper frente a su hogar, cada brisa que venía del océano, parecía que era la voz de su hija.

El hombre agarró su kayak y fue mar a dentro para encontrar a su hija. Después de mucho navegar, la encontró hambrienta, maltratada, en aquel lejano islote que tan sólo eran unas pocas rocas y hielo. Puso a su hija en su pequeño Kayak y gritó al cielo con tal fuerza que se desencadenó una gran tempestad.

El océano y el cielo rugían con fuerza y las olas balanceaban el kayak con gran violencia. El padre creyó que su hija era la causa de esta tormenta y pensó que morirían. Para salvarse él, arrojó a su hija al agua.

Sedna, se agarró con fuerza al Kayak, pero su padre no podía permitirlo, estaba desesperado. En su locura, agarró un hacha y cortó los dedos de su hija uno por uno.

Cada dedo que caía al mar, se transformaba en unas criaturas marinas: focas, morsas, ballenas… Cuando ya no tenía más dedos, Sedna se hundió en las profundidades del océano.

Sedna no murió, sino que en el fondo del océano, se transformó en una diosa temible. Su pelo, que representa su ira, está completamente enredado. Ella gobierna los animales del mar.

Cuando los humanos necesitan cazar para sobrevivir, deben tener mucho cuidado con la diosa Sedna, y envían chamanes para que peinen su cabello y así la tranquilicen.

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