Mitología nórdica: Odín, Podcast
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Texto completo Mitología nórdica: Odín
En la mitología nórdica, el dios principal es Odín. Es dios de la sabiduría, la guerra, la muerte, la poesía y las runas.
Reside en Asgard, en el palacio de Valaskjálf, desde donde gobierna los nueve mundos.
Se le representa tuerto, con un casco y una coraza de oro, y su lanza Gundir, forjada por los enanos. Siempre acompañado por los cuervos Hugin y Munin (Memoria y Pensamiento), quienes cada día recorren la tierra y le cuentan todo cuanto han visto y oído. También se le muestra con su caballo Sleipnir de ocho patas.
Antes de la creación del mundo, Búri, el padre de todos, apareció desde el cielo y generó a sus hijos Borr y Bestla, la giganta.
Borr y Bestla engendragon a Odin. Después usaron el cuerpo de Ymir para crear la tierra, y con su craneo formaron el cielo, con sus huesos las montañas y con su sangre el mar. Posteriormente, de dos árboles, crearon la primera pareja de humanos: Ask y Embla.
Mimír, un sabio consejero de los dioses, fue asesinado por la familia Vanir, le cortaron la cabeza y se la enviaron a Odin, quien con magia logró que esta no se descompusiera y así pudo contarle los secretos del «otro mundo.» El precio por tal sabiduría, fue uno de los ojos de Odin.
Otro mito cuenta que logró el ojo bebiendo del pozo de Mimir, en las raices de Yggdrasil. El pozo de Mimir estaba custodiado por el gigante Mimir, y Odín le tubo que entregar el ojo a cambio de beber agua del pozo.
En otro mito, Odín buscó el secreto de la escritura. En el tronco del árbol Yggdrasil, las Normas tallaban las runas mágicas y las hacían aparecer ante quien un valor sin igual. Entones Odín se hirió a si mismo con su lanza y se ahorcó en la rama de Yggdrasil. Allí permaneció nueve días, prohibiendo que le ayudasen, y cuando estaba al borde la muerte, se le aparecieron las runas bajo los pies. Odín las contempló y las memorizó y desde entonces conoció todo sobre la magia.
Los cuentos populares, las leyendas, las fábulas, la mitología…, son del pueblo.
Son narraciones que se han mantenidos vivas transmitiéndose oralmente, por las mismas personas del pueblo. Por ello no tienen dueño, sino que pertenecen a las gentes, a la folclore, a las distintas culturas, a todos.
En algún momento, alguien las escribe y las registra, a veces transformándolas, a veces las mantiene intactas, hasta ese momento, son voces, palabras, consejos, cosas que «decía mi abuelo que le contaba su madre…»