Las Cuatro Invasiones de Irlanda y la Mitología Celta

Mitología Celta

Los celtas son una cultura que ocupaba las islas británicas, el centro de Europa y hasta la mitad de la península ibérica. se cree que provenían de Medio Oriente e India y llegaron a Europa en el Neolítico.

Sin embargo fueron enemigos de Roma, quienes les conquistaron, por lo que gran parte de su memoria se perdió en la expansión romana.

Los guardianes de su sabiduría eran los druidas y los bardos. Y sólo a través de cantos y poemas conservaban su conocimiento.

Tienen cuatro tipo de mitos sobre sus divinidades: los dioses ancestrales, que dominaban sobre los dioses más antiguos; los dioses de Irlanda; los dioses de Gales y los héroes como Merlín, Ogmios y Manannan.

Además existen criaturas mitológicas, como las banshees, las hadas, los duendes, los fomorianos, los gigantes, los leprechaun, los elfos, las bestias aulladoras y muchos más.

Las Cuatro Invasiones de Irlanda

En Irlanda, en el s.XII, se escribe el Libro de las Invasiones, donde se recoge la llegada a Irlanda de Partolón y su gente tras el diluvio.

La primera invasión a Irlanda fue la Conquista de Nemed, cuando el rey Demed buscaba un nuevo hogar para su pueblo cuando huían de una epidemia que desolaba Grecia. Llegaron con 34 barcos, con 30 personas en cada embarcación. El mar les era favorable. Desde el mar ya vieron que era una tierra inhóspita, continuaron y divisaron una tierra con una torre dorada que se alzaba hasta las nubes, los marineros se acercaron a la torre y al momento, el mar se embraveció y la corriente derribó gran cantidad de navíos. Sólo sobrevivió Nemed, su familia y unas cuantas personas.

Los supervivientes llegaron a las costas de Irlanda donde se instalaron.

Veinte días tras el desembarco, la esposa de Nemed murió víctima de la epidemia de la que escapaban.

Pero el peligro no era el mar, ni la tierra salvaje, ni el clima, sino los fomorianos. Al norte de Irlanda vivían los fomorianos, eran los dioses de la muerte, de la oscuridad, de lo oculto y de la noche. Eran gigantes con formas mosntruosas y deformes, algunos con un ojo, un pie o una sola mano. Otros tenían cabezas de animales, otros podían ser bellos como Elatha o Morrigan, la diosa de la muerte.

Nemed llegó a luchar cuatro veces contra los fomorianos, venciendo todas ellas. En la última batalla logró acabar con sus dos reyes, pero al poco después, el rey Nemed murió de la misma epidemia que mató a su esposa, y su pueblo acabaron siendo víctimas de la tiranía de los Fomore, encabezados por dos reyes nuevos: Morc y Conann.

Cada año, los Hijos de Nemed, el 1 de noviembre, debían entregar dos tercios de su grano, dos tercios de su leche, y dos tercios de sus niños recién nacidos.

Los Nemeds acabaron rebelándose, reclutaron guerreros de todo el mundo para acabar con los fomorianos, incluidos druidas y animales salvajes para la batalla. Los guerreros, druidas y bestias del continente, entraron en la torre de cristal de Conann y lucharon contra el ejercito de los Fomore.

Fue una batalla épica, con bestias contra bestias, guerreros contra monstruos y druidas de ambos bandos con poderes mágicos.

Los Hijos de Nemed lograron la victoria, los defensores de la torre de Conann huyeron, Conann, sitiado en su propia torre, se negó a salir, pero finalmente no tubo más remedio, acabó en un combate cuerpo a cuerpo contra Fergus, el hijo de Nemed, y en esa lucha, Fergus acabó matando a Conann.

Tras esto, los Hijos de Nemed marcharon celebrando su victoria hacia la costa de Irlanda. Pero rápidamente un nuevo grupo de fomorianos sedientos de venganza llegaron y atacaron antes del desembarco. De la nada, en medio del fragor de la batalla, una ola gigante, como una gran montaña, arrasó a los combatientes arrojándolos al mar donde se ahogaron todos, excepto un puñado de treinta Hijos de Nemed y un puñado de fomorianos.

Tras el desastre los Hijos de Nemed no se rehicieron. En constante temor contra los fomorianos, se acabaron marchando a Grecia y Gran Bretaña, y Irlanda continuó ocupada por los fomorianos durante doscientos años.

La segunda invasión la realizó los Fir Bolg, descendientes de los Hijos de Nemed que habitaban a Grecia.

Nada más llegar establecieron un orden social y político. Dividieron el país en las cinco provincias actuales: Ulster, Leinster, Munster, Connacht y Meath.

Instauraron la monarquía, considerando a su rey semidivino y vivieron con prosperidad varias generaciones.

La tercera invasión fue de los Tuatha de Danann, descendientes directos de Nemed, lo que les entregaba un rango más sagrado y divino que el pueblo anterior.

Este pueblo portaba cuatro objetos sagrados mágicos que les sivieron de gran ayuda en todas sus batallas: La Lia Fail, una priedra giratoria que proclamaba quién sería el nuevo rey; la lanza Lugh Brazo Largo, invencible; la espada Nuada mortífera; y el caldero de Dagda, el buen dios, padre de Irlanda.

Primero se establecieron en Escocia, pero al ser un espacio desierto, la vida era muy dura, y decidieron atacar Irlanda.

Desembarcaron el 1 de mayo, en la fiesta más sagrada celta. Donde se supone que el año a pasado la mitad de su ciclo solar, y se encuentra en la recesión cúlmine, dicho de otro modo, si en navidad se celebra la luz y el sol, el 1 de mayo se celebra la noche y la oscuridad.

Nada más desembarcar incendiaron sus propias naves para evitar que ninguno de ellos huyera. Conjugaron a las tinieblas y a los dioses de las sombras para poder moverse por el país sin ser vistos, y atacaron a los Fir Bolg en Connancht.

Tras terribles batallas vencieron, lo que llamó la atención a los fomorianos, que les atacaron rápidamente. Las primeras batallas de los Tuatha de Danann contra los temibles fomorianos, ganaron, pero en la gran batalla de Moytura, los Tuatha fueron vencidos.

La cuarta gran invasión de Irlanda fue de los Hijos de Mil, provenientes de España, de los gaélicos, quienes se establecieron en Irlanda hasta la actualidad.

Los gaélicos españoles poseían grandes poderes mágicos, y su lucha contra los dioses se convirtió en una gran batalla contra fuerzas sobrenaturales.

Pero, ¿porqué los españoles llegaron a Irlanda?

Un importante mago y señor de galicia, había visto en visiones Irlanda y marchó allí. Los Tuatha De le mataron por miedo a su poder, y sus sobrinos, Emer, Donn y Eremon, reunieron a sus familias, sus posesiones y embarcaciones, y se dirigieron a Irlanda sin dudarlo para vengarse y conquistar su tierra.

La leyenda cuenta que los Tuatha emplearon la magia para hacer desaparecer todo el país. Los navegantes Hijos de Mil, al llegar, se quedaron perplejos pues no veían tierra alguna donde en realidad había costas rocosas y tierras boscosas.

Amergin, el maestro mago de Donn, aconsejó a el príncipe que recorriera tres veces la isla invisible, al hacerlo el hechízo se rompió y pudieron ver la isla.

Entonces los Hijos de Mil desembarcaron en la víspera de Beltáin, el 1 de mayo.

al adentrarse en la isla de Irlanda, se encontraron con las diosas Banda, Fdla y Eriu. Eriu les dio la bienvenida asegurando que con la llegada de los españoles, se cumplía una profecía antigua y les dijo:

—Sois bienvenidos a esta tierra, pues ésta es la mejor tierra del mundo, y vuestra raza es la más perfecta: estáis destinados a gobernarla para siempre.

Entonces Donn respondió:

—Si conquistamos esta tierra será gracias al poder de nuestros dioses y fuertes guerreros.

Esta respuesta arrogante irritó en gran medida a Eriu, y les condenó a que ni Donn ni sus hijos dominaran Irlanda, y que su estirpe fuera maldita eternamente.

Los Hijos de Mil avanzaron y encontraron a los esposos de estas tres diosas, los reyes de Tuatha De: Mac Cuill, Mac Cecht y Mac Greine.

Les dieron a elegir: abandonar Irlanda, someterse o luchar.

Aunque Donn quiso luchar, su maestro de magia Amergin le dijo:

—Abandonemos la isla y regresaremos más adelante, cuando se la arrebataremos sin problema.

—¿Y dónde iremos? — le preguntaron.

— Más allá de la novena ola.

Todos los Hijos de Mil obedecieron al sabio Amergin, se embarcaron nuevamente y se marcharon.

Los Tuatha De, viéndoles marchar y con temor a su regreso, invocaron la magia de la diosa Eriu contra los Hijos de Mil. Conjugaron terribles tormentas, remolinos de mar y violentas corrientes marinas.

Los Hijos de Mil, en su huída, comprendieron que todos los problemas que encontraban eran fruto de la magia de los Tuatha De. Amergin envió a lo algo del mástil a un marinero para comprobarlo, y este alzo la mano a lo alto, por encima de las velas de los barcos, no había tempestad alguna, pero del mástil hacia abajo, los vientos y mareas crecían en peligro. El marinero corrió a decírselo a los otros marineros pero murió a causa de una ráfaga de viento que le hizo caer en cubierta.

Amergin entonces entonó un cántico aplacando la ira de la diosa Eriu y pronto cesó la tormenta.

Pero la arrogancia de Donn no acabó aquí y dijo:

—Si pudiera desembarcar ahora mismo, mataría a todos los guerreros de Irlanda.

dicho esto, la tormenta emergió de nuevo, más fuerte aún, separó el barco de Donn y se hundió con todos los marineros. Desde lejos se veía a Donn luchar con su espada contra el mar, el viento y los elementos, pero de nada sirvió.

Amergin milagrosamente se salvó, y nada más poner un pie en tierra, pronunció un poderoso encantamiento, reclamando la isla de Irlanda para los Hijos de Mil. Esto deshizo toda la magia de los Tuatha De.

Emer y Eremon, los hermanos pequeños de Donn, desembarcaron y, ambos bandos, lucharon entre ellos hasta que no les quedó más remedio que pactar.

Se dividió así el país, Tuatha De se hicieron duerños del subsuelo, y los Hijos de Mil, de la superficie.

Los Tuatha De pasaron a vivir bajo tierra. dagda entregó a cada uno de sus jefes un monte mágico, y en ellos vivieron las hadas de Irlanda.

Relatos de leyendas y mitologías celtas de Irlanda