Cierta reina deseaba construir un palacio con huesos de toda clase de aves.
El rey ordenó que cazaran los pájaros y se inició la construcción.
Se trajeron y limpiaron huesos de toda clase y se levantaron las paredes, pero no pudieron encontrar ni un gorrión y, como la reina quería todo tipo de pájaros, se hizo una búsqueda del ave que faltaba.
Por fin encontraron al gorrión y lo llevaron ante el rey, quien preguntó dónde había estado.
—¡Poderoso monarca! He estado volando por todo el reino contando hombres y mujeres; lamentablemente hay el doble de mujeres que de hombres.
El rey ordenó que castigaran al pájaro por decirle tan descarada mentira.
—Rey de reyes—, dijo el gorrión, —tal vez no conté de la misma manera que tú.
—¿Cómo contaste, entonces?
—Conté a todos esos hombres que están bajo la zapatilla de mujer como ancianas.
El gorrión dio a entender que el propio rey era una anciana, porque no tenía suficiente fuerza mental para resistir los tontos caprichos de su esposa.
Cuento popular georgiano, guria (oeste de Georgia), traducido por Marjory Wardrop, en Georgian Folk Tales, 1894
Los cuentos populares, las leyendas, las fábulas, la mitología…, son del pueblo.
Son narraciones que se han mantenidos vivas transmitiéndose oralmente, por las mismas personas del pueblo. Por ello no tienen dueño, sino que pertenecen a las gentes, a la folclore, a las distintas culturas, a todos.
En algún momento, alguien las escribe y las registra, a veces transformándolas, a veces las mantiene intactas, hasta ese momento, son voces, palabras, consejos, cosas que «decía mi abuelo que le contaba su madre…»