Los niños de la labradora, cuento galés



La vieja Kaddy era labradora, y un día fue al bosque a recoger madera para el fuego, y mientras recogía la madera encontró una pieza de oro y se la llevó a casa; pero nunca dijo a nadie que había encontrado el dinero, pues siempre fingía ser muy pobre.
A pesar de ser tan pobre, vestía a dos de sus hijos con ropas finas; pero a los demás, que no le gustaban, los mantenía en los más sucios harapos.
Un día, un hombre llamó a su puerta y pidió ver a los niños.
Se sentó en su salita, y ella fue y trajo al niño y a la niña andrajosos, diciendo que era muy pobre y que no podía permitirse vestirlos mejor. Antes de sacar a sus hijos más andrajosos había tenido cuidado de esconder al niño y a la niña bien vestidos en una buhardilla.
Cuando el forastero se hubo marchado, ella fue al desván a buscar a sus hijos favoritos y mejor vestidos, pero los niños habían desaparecido y nunca se les volvió a ver, pues se habían convertido en hadas.
Cuento anónimo galés, recopilado por P. H. Emerson en el libro Welsh Fairy-Tales and Other Stories, publicado en 1894