
Había una vez un joven, hijo de un jefe (según algunos, de Lytton), que era poco agraciado. Todas las chicas rechazaban sus propuestas de matrimonio que él enviaba a través de su madre. Triste y frustrado, el joven comenzó a jugar y apostarlo todo, hasta perderlo incluso su ropa. Sus padres lo regañaban, y tanto los jóvenes como las jóvenes del pueblo se burlaban de él. Desconsolado, robó algo de ropa de su madre y se fue a las montañas, donde se purificó en un baño de vapor.
Una noche, tuvo un sueño en el que un joven apuesto le indicaba que debía viajar hacia el este. Siguiendo el consejo, caminó hasta llegar a un acantilado en el extremo más lejano de la tierra. A medida que se acercaba, el calor aumentaba cada día. Finalmente, encontró un sendero que conducía a la casa del Sol.
Allí conoció a un joven vestido con finas ropas adornadas con soles y estrellas de cobre, quien le dijo que era el hijo del Sol y que lo había estado esperando. Lo invitó a entrar, y el joven reconoció al muchacho de su sueño.
Después de cuatro días escondido, el hijo del Sol contó a su padre sobre el visitante y le pidió que no lo matara, porque deseaba que fuera su compañero. El joven se quedó mucho tiempo en la casa del Sol y viajó con el hijo del Sol por el país celestial. Pero con el tiempo, deseó regresar a casa. Se lo dijo al hijo del Sol, quien no quería dejarlo ir porque temía sentirse solo. Sin embargo, el joven prometió volver y traer compañeras para él y su padre, que desconocían a las mujeres.
El hijo del Sol finalmente lo dejó partir, abrió un agujero en el cielo y le dijo que saltara. Aunque dudó, el joven obedeció. Mientras descendía, se transformó en una estrella. Al llegar a la tierra, recuperó su forma humana y se encontró en una colina que dominaba su pueblo.
La gente vio la estrella caer, pero no le dieron importancia; simplemente dijeron: «Otra estrella ha defecado.» Entonces, el joven abrió un pequeño paquete que el hijo del Sol le había dado, y dentro encontró ropas finas que al instante tomaron su tamaño natural.
Cuento popular canadiense, recopilado por James Alexander Teit (1858-1942) etnólogo colaborador de Franz Boas. Publicado en Folk-tales of Salishan and Sahaptin tribes by Boas, Franz, 1858-1942; Teit, James Alexander, 1864-1942; Farrand, Livingston, 1867-1939; Gould, Marian K; Spinden, Herbert Joseph, 1879-1967 , Publicado en 1917.
Franz Boas (1858 - 1942) fue un antropólogo estadounidense de origen judío alemán.
Destacó en su recopilación y textos antropológicos, y rechazó las ideas del racismo científico, muy populares en aquel momento.
Confiaba en que los descubrimientos antropológicos «nos enseñarán a tolerar en mayor medida otras formas de civilización diferentes de la nuestra».