hadas del agua

Cuento galés: El viejo Gwilym

Hechicería
Magia y Hechicería
Sabiduría
Cuentos con Sabiduría
Criaturas fantásticas
Criaturas fantásticas

El viejo Gwilym Evans partió una hermosa mañana a pie por las Colinas del Águila hacia un pueblo lejano, empeñado en comprar queso. En su camino, en un paraje solitario de las colinas, encontró una guinea de oro, que rápidamente se guardó en el bolsillo.

Al llegar al pueblo, en lugar de comprar provisiones, entró en una cervecería y se sentó a beber y cantar con unos canteros de dulce voz hasta que anocheció, momento en que creyó que era hora de irse a casa. Mientras bebía, entró una anciana con una cesta y se sentó a su lado, y al rato se fue. Después de la copa de despedida, se levantó y se tambaleó por el pueblo, olvidándose por completo de comprar queso y las provisiones; y al adentrarse en las colinas, estas parecían bailar ante él, y él parecía caminar en el aire.

Al acercarse al solitario lugar donde había encontrado el dinero, oyó una dulce música y varias hadas se cruzaron en su camino y empezaron a bailar a su alrededor. Al levantar la vista, vio unas casas brillantemente iluminadas frente a él, en la colina. Se rascó la cabeza, pues nunca recordaba haber visto casas por allí. Mientras pensaba y observaba a las hadas, una se acercó y le rogó que entrara en su casa y se sentara.

La siguió y descubrió que la casa era de oro por dentro, brillantemente iluminada. Las hadas bailaban y cantaban, le trajeron lo que quería para cenar y luego lo acostaron.

Gwilym durmió profundamente y, al despertar, se dio la vuelta, pues tenía mucho frío y parecía tener el cuerpo cubierto de espinas. Se incorporó, se frotó los ojos y descubrió que estaba completamente desnudo, tumbado sobre un manojo de aulagas.

Cuando se vio en esta situación, se apresuró a volver a casa y se lo contó a su esposa. Ella se enfadó mucho con él por gastar todo el dinero y no traer provisiones, y entonces le contó sus aventuras.

—¡Oh, qué mal hombre! —dijo ella—. Las hadas te dieron dinero y lo gastaste mal, así que seguro que se vengarían.

Cuento anónimo galés, recopilado por P. H. Emerson en el libro Welsh Fairy-Tales and Other Stories, publicado en 1894

Otros cuentos y leyendas