Cacao

Quetzacóatl y el Cacao

Mitología
Mitología

Una antigua leyenda cuenta que Quetzalcóatl regaló a los toltecas los preciosos granos de cacao. Este dios generoso quería que su pueblo estuviera bien alimentado y estando sano se dedicara a mejorar, a ser más fuertes e inteligentes.

Quetzalcóatl fue al paraíso, donde vivían los dioses, y les robó el árbol del cacao, en su lugar plantó el pequeño arbusto en Tula.

Luego regresó con los humanos y les entregó el cacao, cuando lo plantaron, para que creciera, Quetzalcóatl le pidió a Tláloc, el dios de la lluvia, que enviara agua a la zona donde habían sembrado el cacao, para que creciera.

Después de esto, Quetzalcóatl visitó a Xochiquetzal, la diosa del amor y la belleza, que le regalara hermosas flores para el árbol del cacao.

Con la lluvia, el pequeño árbol creció, y de él nacieron hermosas flores que se convirtieron en los frutos del cacao.

Hay otra leyenda mucho más triste:

Cuentan que Quetzalcóatl regaló el árbol del cacao a los hombres como recompensa al amor y la fidelidad de su esposa, quien prefirió sacrificar su vida antes de relevar el lugar en el que estaba escondido el tesoro de la ciudad.

Al morir la princesa, su sangre fertilizó la tierra para dar vida al árbol del cacao, en ese entonces nombrado cacahuaquahitl.

El sabor del fruto era amargo, característica que los ancestros relacionaban con el sufrimiento que había padecido la princesa.

libro de cuentos

Los cuentos populares, las leyendas, las fábulas, la mitología…, son del pueblo.

Son narraciones que se han mantenidos vivas transmitiéndose oralmente, por las mismas personas del pueblo. Por ello no tienen dueño, sino que pertenecen a las gentes, a la folclore, a las distintas culturas, a todos.

En algún momento, alguien las escribe y las registra, a veces transformándolas, a veces las mantiene intactas, hasta ese momento, son voces, palabras, consejos, cosas que «decía mi abuelo que le contaba su madre…»

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