Mari vive en el interior de la Tierra y emerge a la superficie en épocas determinadas, utiliza cuevas y cavernas, y a veces el mar y
lugares sagrados, muy especiales.
Mari es una mujer de gran belleza, muy inteligente y muy femenina.
Puede transformarse en animales, en agua, o en bolas de fuego y atravesar así el cielo en llamas. Y tiene el poder de lanzar bolas de fuego poderosas.
También se la representa como una señora sentada en un gran carro que cruza el cielo, tirado por cuatro caballos, Amezketa.
En general, por el cielo se muestra como fuego, en la tierra como una dama elegante y femenina, y bajo tierra con distintas formas.
Cuentan que tiene un hogar precioso y dorado, pero no permite que los humanos entren ahí, pues en algunas leyendas antiguas, posee mucho oro, y aprendió a transformar el oro robado en carbón con el simple contacto de la luz del día. Y convertir el carbón en oro. La entrada principal a su casa está Supelegor, en Itzina, es una gran cueva sagrada.
A veces Mari es temperamental, y es peligroso acercarse a ella.
Mari es la esposa de Maju o Sugaar, y sus hijos son Attarrabi y Mikelats.
Mari es el jefe de las divinidades, genios o númenes subterraneos.
Mitología vasca
Los cuentos populares, las leyendas, las fábulas, la mitología…, son del pueblo.
Son narraciones que se han mantenidos vivas transmitiéndose oralmente, por las mismas personas del pueblo. Por ello no tienen dueño, sino que pertenecen a las gentes, a la folclore, a las distintas culturas, a todos.
En algún momento, alguien las escribe y las registra, a veces transformándolas, a veces las mantiene intactas, hasta ese momento, son voces, palabras, consejos, cosas que «decía mi abuelo que le contaba su madre…»