pintura herrero

Patxi Errementaria

Cómico
Cómico
Infantil
Infantil
Hechicería
Hechicería

Cuento narrado Patxi Errementaria

Sátiras y cuentos de humor
Sátiras y cuentos cómicos
Patxi Errementaria
Loading
/

Video de Cuento narrado Patxi Errementaria

Cuento completo Patxi Errementaria

El herrero Patxi, era un hombre malvado, con una vida pecaminosa. Tal era así que un buen día llego a su casa un demonio con la intención de llevárselo al infierno para que pagase por sus pecados.

Allí se encontraba Patxi trabajando en su herrería, a ratos martilleando, otros dándole al fuelle, o simplemente sacudiendo las ascuas o metiendo en la fragua todo tipo de herramientas.

-Buenos días- dijo el demonio- he oído decir que eres realmente malo y he venido para llevarte conmigo al infierno.

-No está mal dicho, -le respondió Patxi- pero vayamos primero a comer un bocado.

-Vayamos, sí- dijo el demonio muy sonriente

Así que se fueron a almorzar, se sentaron en la mesa, comieron hasta saciarse, y cuando hubieron terminado, Patxi se levantó y le dijo al demonio

-Ya podemos irnos.

-Vallamos pues- dijo el demonio desperezándose mientras intentando levantarse se dio cuenta que le resultaba imposible hacerlo. Patxi, sin que el demonio se percatara, había embadurnado de colapez aquella parte de la mesa y el asiento donde se había sentado el demonio. Y el demonio, por más que intentaba, no lograba levantarse.  

Allí pasó aquel demonio los siguientes 5 años, en aquella mesa, sin poder levantarse, hasta que un día Patxi decidió derretir la colapez con fuego.

El demonio huyó despavorido y no le volvieron a ver por aquellos parajes nunca más. Patxi por su parte siguió con su vida pecaminosa como había hecho hasta entonces.

Un tiempo después de la huida de aquel demonio, encomendaron la tarea de llevar a Patxi al infierno a otro al que pusieron sobre aviso “Si Patxi te ofrece sentarte a la mesa, no lo hagas bajo ningún concepto”

Aquel nuevo demonio llegó hasta la herrería por la mañana.

-Buenos días- Dijo éste.

-Buenos días sean para ti también- Le contestó Patxi.

-Dicen que tu vida está llena de pecados y por ese motivo me han ordenado llevarte al infierno.

-No está mal dicho, -le respondió Patxi- pero vayamos primero a comer un bocado.

Al llegar a la cocina Patxi dijo al demonio.

-Siéntate a la mesa, como en tu casa.

-No tengo necesidad de hacerlo, gracias.- Contestó el demonio.

-Descansa entonces mientras yo almuerzo, supongo que estarás agotado de tan largo viaje.

Puedes echarte en esa cama de ahí- Dijo Patxi mientras señalaba la cama.

-Bien dicho está- Dijo el demonio mientras se tumbaba, pues le habían advertido de no sentarse, pero nada le habían dicho de no tumbarse.

Cuando Patxi terminó su almuerzo, se acercó al demonio y le dijo:

-Ya podemos irnos. Pero el demonio era incapaz de levantarse, ya que Patxi había embadurnado aquella cama con colapez.

Allí se quedó aquel otro demonio 5 años sin poder moverse, hasta que Patxi decidió derretir la colapez calentándola con fuego. Cuando el demonio se vio por fin libre, huyó como lo había hecho el otro y Patxi siguió haciendo maldades y cometiendo más fechorías que nunca.

Hartos del comportamiento y el descaro del herrero, enviaron a un tercer demonio para cazar a Patxi.

-Pero recuerda, no te sientes a la mesa- dijo el primer demonio que había sido humillado por Patxi.

-Tampoco te tumbes en la cama por mucho que insista- Le dijo el segundo.

Advertido de las triquiñuelas de Patxi, una mañana llegó el tercer demonio a la herrería.

-Buenos días – dijo el demonio a Patxi.

-Buenos sean para ti también -, respondió Patxi.

-Dicen de ti que eres malvado y cruel y que vives en constante pecado. ¿Es cierto?

-No lo es- contestó Patxi- Vivo en pecado sí, pero no soy cruel.

-Pues yo vengo con orden de llevarte al infierno, así que es mejor que empecemos el viaje cuanto antes.

-No está mal dicho, pero vayamos primero a comer un bocado, no querrás hacer tan largo viaje con el estomago vacío.

-Está bien, vayamos- Claudicó el demonio con desconfianza.

Al entrar en la cocina, Patxi invitó al demonio a sentarse a la mesa.

-No gracias, no necesito sentarme.

-Al menos descansa un poco, debes estar agotado de tan largo viaje.

-No, no siento nada de cansancio.

-Pues mientras yo almuerzo, ¿Por que no subes a aquella higuera a comer unos higos? Están en su mejor momento y puedes comer todas las que quieras.

-Muy bien dicho, eso es lo que voy a hacer. El demonio corrió hacia el árbol y lo trepó velozmente para seguidamente comer tantos higos como pudiera antes de emprender el viaje.

 Cuando terminó el almuerzo, Patxi se acercó a la higuera y dijo.

-Ya podemos irnos. Pero el demonio estaba adherido al árbol, ya que Patxi había rociado previamente toda la higuera con colapez.

Aquel demonio se llevó la peor parte de las maldades de Patxi, ya que quedó expuesto ante la gente y los niños, cada día al salir de la escuela iban a apedrear al demonio que no dejaba de gritar llamando a Patxi. Pero este hacía oídos sordos ante los lamentos del demonio. Así lo tuvo durante 5 años hasta que lo dejó marchar derritiendo con fuego la colapez.

Patxi siguió en el mundo de los vivos pecando a placer hasta que recibió la visita de la muerte, con ella no hay engaño que valga.

Tras la inevitable visita, Patxi cogió de la herrería unas tenazas, un martillo y un asador y se encaminó rumbo al infierno. Al llegar a sus puertas las empezó a aporrear generando un gran estruendo.

– ¿Quién es!? – Preguntaron a gritos desde dentro.

-Soy Patxi Errementaria.

Todos los demonios allí presentes se estremecieron al oír ese nombre y se precipitaron a apuntalar la puerta para evitar que el famoso Patxi Errementaria, que tanto hacía sufrir a los demonios llegara a entrar. Uno de los demonios queriendo asegurarse que de verdad era el herrero el que llamaba a la puerta, empezó a mirar a través de una rendija de la puerta el otro lado.

Patxi al ver aquello cogió un palo afilado y le pinchó el ojo.

El demonio se quejó y se lamentó.

Entonces se acercó otro demonio para intentar reconocerlo, pero esta vez, en vez de poner el ojo puso la oreja para reconocerlo por la voz, y así acercó la oreja a la rendija. En ese momento, Patxi le agarró al demonio la oreja con las tenazas y la retorció.

El demonio se quejó y se lamentó con gran dolor.

Así no querían recibir al herrero en el infierno, por lo que, Patxi decidió probar suerte en el cielo y hacia allí se encaminó.

Al llegar golpeó la puerta, en la que al momento se asomó San Pedro.

-¿Quién eres?- Preguntó éste.

-Soy Patxi Errementaria.

San Pedro, que había oído hablar de él quiso negarle la entrada al cielo. Pero en ese instante pasó por allí una anciana que conocía a Patxi, éste la miró amenazante y por miedo a represalias, la anciana comenzó a hablar maravillas sobre él y sus innumerables buenas obras entre otras alabanzas.

San Pedro se creyó todas y cada una de las mentiras que la anciana le contó, entonces abrió la puerta y dejó entrar a Patxi al que desde entonces sería su definitivo hogar. 

Cuento popular del pueblo vasco.

libro de cuentos

Los cuentos populares, las leyendas, las fábulas, la mitología…, son del pueblo.

Son narraciones que se han mantenidos vivas transmitiéndose oralmente, por las mismas personas del pueblo. Por ello no tienen dueño, sino que pertenecen a las gentes, a la folclore, a las distintas culturas, a todos.

En algún momento, alguien las escribe y las registra, a veces transformándolas, a veces las mantiene intactas, hasta ese momento, son voces, palabras, consejos, cosas que «decía mi abuelo que le contaba su madre…»

Scroll al inicio