El gnomo
Vivía una vez un rey muy opulento que tenía tres hijas, las cuales salían todos los días a pasear al jardín. […]
Vivía una vez un rey muy opulento que tenía tres hijas, las cuales salían todos los días a pasear al jardín. […]
Había una vez un joven campesino llamado Juan, a quien un primo suyo se empeñó en buscarle una mujer rica. Hizo
Nadie diga que un pobre sastre no puede llegar lejos ni alcanzar altos honores. Basta para ello que acierte con la
Había una vez un sastre oficial que había trabajado diligentemente durante todo el invierno. Cuando llegó la primavera ya no estaba
Erase una vez un molinero que tenía una hija muy linda, y cuando ya fue crecida, deseaba verla bien casada y
Llegó un día una zorra a un prado donde había una manada de gansos gordos y hermosos y, echándose a reír,
Eranse un hombre y una mujer muy pobres; no tenían más que una pequeña choza, y sólo comían lo que el
Erase una vez un brujo que, adoptando la figura de anciano, iba a mendigar de puerta en puerta y robaba a
Cierta viuda tenía dos hijas, una de ellas hermosa y diligente; la otra, fea y perezosa. Sin embargo, quería mucho más
Hace ya muchísimo tiempo, como unos dos mil años, vivía un hombre acaudalado que tenía una mujer tan bella como piadosa.
Hubo una gran guerra para la cual el Rey había reclutado muchas tropas. Pero como les pagaba muy poco, no podían
Erase una vez una niña tan dulce y cariñosa que robaba los corazones de cuantos la veían; pero quien más la
Erase una vez un hombre que en toda su vida no hizo sino jugar; por eso lo llamaba la gente Juan
Hubo una vez una gran guerra, terminada la cual, fueron licenciados muchos soldados. Entre ellos estaba el Hermano Alegre que, con
Eranse una vez una gallina y un gallito que decidieron salir juntos de viaje. El gallito construyó un hermoso coche de
Juan quería que su hijo aprendiera un oficio; fue a la iglesia y rogó a Dios Nuestro Señor que le inspirase
Erase un hombre muy viejo; sus ojos se habían enturbiado, estaba sordo y le temblaban las rodillas. Cuando se sentaba a
Erase una cocinera llamada Margarita que calzaba zapatos de tacón colorado; y cuando salía con ellos se contoneaba muy satisfecha y
Un hermanito jugaba con su hermanita al borde de un manantial, y he aquí que jugando se cayeron los dos adentro.
Un hombre pobre tenía tantos hijos, que ya no sabía a quién nombrar padrino cuando le nació otro; no le quedaban
El lobo vivía con la zorra, y ésta debía hacer lo que él le mandaba porque era la más débil; con
Erase una mujer casada con un hombre muy rico que enfermó y, presintiendo su próximo fin, llamó a su única hijita
Érase una vez una aguja de zurcir tan fina y puntiaguda, que se creía ser una aguja de coser. -Fíjense en
Erase una vez un rey que tenía tres hijos, de los cuales dos eran listos y bien dispuestos, mientras el tercero
Vivía una vez una muchachita muy testaruda e indiscreta que nunca obedecía a sus padres. ¿Cómo queréis que le fuesen bien
Había una vez un rey que tenía grandes riquezas, las cuales, cuando murió, las repartió entre sus tres hijos. Los dos
Erase que se eran tres hermanos; las cosas les habían ido de mal en peor, y al final su miseria era
Cuento de Los Duendecillos Cuento primero Un zapatero se había empobrecido de tal modo, y no por culpa suya, que al
Erase una aldea cuyos habitantes eran todos labradores ricos, y sólo había uno que era pobre; por eso le llamaban el
Había una vez gran alarma en un país por causa de un jabalí que asolaba los campos, destruía el ganado y
Un anciano estaba sentado a la puerta de su pobre casa, en compañía de su mujer, descansando tras su jornada de
Había una vez un hombre y una mujer que vivían solos y desconsolados por no tener hijos, hasta que, por fin,
Érase una vez una viuda pobre que vivía en una casita de campo sola. Delante de la casita de campo tenía